Por: Lina Tezna
Fotos: Ernesto Aponte
Un profesor de primaria de un colegio caleño, fue el encargado de enseñar los primeros movimientos de peones y alfiles a Simón Sánchez y además, de despertar el interés en un niño de nueve años – en ese entonces-, por los juegos de estrategia.
La Liga de Ajedrez de Valle le abrió sus puertas y allí comenzó a recibir clases grupales 3 veces a la semana. Luego, cambió el método de aprendizaje por medio de lecciones particulares en las que solía combinar profesores colombianos y extranjeros; como Alexis Cabrera y Emilio Pupo, ambos de nacionalidad cubana.
Un año bastó para que Simón le demostrara a la población ajedrecista colombiana e internacional, sus amplias capacidades competitivas en éste juego; quedando empatado en el primer puesto Nacional sub-16 (por desempate obtuvo el segundo lugar), campeón departamental de una categoría mayor, sexto puesto en el Nacional sub-18 y con otro sexto lugar en el Panamericano de Argentina.
Un año bastó para que Simón le demostrara a la población ajedrecista colombiana e internacional, sus amplias capacidades competitivas en éste juego; quedando empatado en el primer puesto Nacional sub-16 (por desempate obtuvo el segundo lugar), campeón departamental de una categoría mayor, sexto puesto en el Nacional sub-18 y con otro sexto lugar en el Panamericano de Argentina.
Si bien su carrera como ajedrecista era corta todavía y aún siendo galardonado con los mencionados premios, Simón decidió alejarse un tiempo del ajedrez, porque “aunque me iba bien”, como lo expresó, los entrenamientos eran cada vez más continuos y lo tenían agotado.
Durante 12 años vivió en Cali. Su familia se trasladó allí cuando apenas tenía dos años, pero volvió el año pasado a Medellín; la ciudad que le vio nacer. Antes de regresar, tuvo un encuentro con Roberto Espinosa, quien había sido profesor suyo y con dicha entrevista surgió de nuevo en Simón, la motivación por jugar ajedrez profesionalmente, ayudada además por la noticia de que Cristian Ríos, que había sido compañero de entrenamiento, ahora era campeón nacional en su categoría.
Algunos torneos del colegio Alcázares en los que participó, también influyeron en su retorno al juego. Cuando volvió a Medellín cambió la forma de entrenar: ahora lo hacía solo en su casa, lo cual le ayudó a ser más independiente y disciplinado: “ahora he madurado y veo el ajedrez de una manera diferente”.
Simón, a sus 15 años, alterna las responsabilidades que trae consigo el grado noveno y la práctica de un deporte como el ajedrez y, en menor medida, con el basketball y el voleibol (aunque no los juega a nivel competitivo). “Soy muy sociable”, comenta al referirse a sus amistades de la Liga y del colegio (tanto de Cali como de Medellín).
Algunos de sus compañeros de clase no entienden su pasión por el ajedrez, pero él se mantiene firme en su interés por hacer de éste una práctica para el resto de su vida, esperando que más adelante cuando ingrese a la universidad a estudiar alguna ingeniería, cuente con el tiempo necesario para seguir entrenando.
Desde hace un tiempo comenzó el preparamiento con la Liga y su actual entrenador para el Panamericano, Mauricio Ríos, con actividades como la Concentración en Los Pomos (que se realiza esta semana). Participará en la categoría Sub-16 con fuertes rivales como su compatriota David Arenas y el peruano Emilio Córdova pero asegura que aunque la competencia es reñida, tiene todas las intenciones de ganar el torneo y concentrarse totalmente en cada jugada. Dejará de lado los nervios previos a las partidas, que ocasionalmente siente, para preocuparse por realizar una muy buena actuación en el evento, y poder compartir con sus padres y sus dos hermanas que tanto lo ha apoyado, un triunfo más.
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